Una formulación de aceites esenciales diseñada como tratamiento específico para el acné aborda la naturaleza multifactorial de este problema, incluyendo la producción excesiva de sebo, la proliferación bacteriana y la inflamación, mediante una combinación de aceites esenciales con propiedades sebostáticas, antimicrobianas y antiinflamatorias; esta mezcla estratégica suele incluir aceite de árbol de té, reconocido por su actividad antimicrobiana de amplio espectro contra Cutibacterium acnes, junto con aceite de lavanda para calmar el enrojecimiento y promover la cicatrización, y aceite de bayas de enebro para ayudar a regular la producción de grasa y aclarar los poros congestionados, actuando en conjunto para purificar la piel, reducir brotes y prevenir futuras apariciones sin resecar excesivamente la piel, un proceso de desarrollo basado en la ciencia dermatológica y respaldado por pruebas extensas de estabilidad y eficacia, incluyendo evaluaciones de comedogenicidad para asegurar que no se obstruyan los poros, pruebas de eficacia antimicrobiana y ensayos con usuarios para validar su desempeño en diferentes tipos de piel y etnias, ofreciendo una alternativa natural, eficaz y más suave a los tratamientos químicos agresivos para una audiencia global que busca soluciones holísticas y sostenibles para una piel clara y saludable.