Una loción corporal hidratante se centra principalmente en aumentar el contenido de agua de la piel, utilizando potentes humectantes como el ácido hialurónico, la glicerina y el lactato de sodio para atraer la humedad del ambiente y retenerla dentro de las capas de la piel, proporcionando una oleada de hidratación que rellena y suaviza la piel; este tipo de loción suele ser de base acuosa y ligera, adecuada para todo tipo de pieles que busquen prevenir o aliviar la deshidratación, y su rendimiento se mide mediante corneometría para cuantificar los niveles de hidratación y mediciones de la pérdida transepidérmica de agua (TEWL) para evaluar la función de barrera, convirtiéndose así en un producto fundamental de cuidado de la piel para consumidores de todo el mundo que necesiten una hidratación eficaz y sencilla para mantener la piel suave, flexible y con aspecto saludable en cualquier entorno.